El Palacio Domecq responde a la tipología de las casas burguesas jerezanas de la segunda mitad del siglo XVIII.

Prototipo de las grandes casas levantadas por la aristocracia y la burguesía bodeguera establecida en la ciudad.

De planta cuadrangular, está vertebrado por un gran patio central de mármol italiano, y una fachada de tres plantas con majestuosos balcones que dan paso a una de las mejores vistas de Jerez.

Sus arquitectos fueron Juan Díaz de la Guerra, el sevillano Antonio Matías de Figueroa y Pedro de Cos, autores de numerosas y reconocidas obras en Jerez y Andalucía.

Cuadros, tapices, esculturas y materiales nobles traídos ex profeso desde Italia, Flandes y Francia, enmarcan un conjunto artístico y cultural único y excepcional.