La estancia principal del Palacio, el Salón de Baile, es un reflejo de la vida de la época. Adornado con grandes pinturas y tapices y objetos llegados de Oriente. Cuatro lámparas de la Real Fábrica de cristal de La Granja iluminaban la estancia para los bailes amenizados por el gran piano de cola galardonado en las Exposiciones Universales de Londres (1851) y París (1855 y 1867), al fondo y cerca del piano encontramos el gran retrato de la familia Domecq Lancaster.